Pensaba que fue ayer, pero fue hoy. Dos de la madrugada. Noche sin estrellas, tibia, efímera e irresponsablemente féliz. Ella incomodando la magia del momento, él mirando sin decir nada y tu amigo naufrando en un río de fragancias que huelen a tí: a rosas, a exquisito veneno. Pensaba que era hoy, pero en realidad es desde ayer. El río ya es un océano...
Thursday, March 18, 2010
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