Friday, April 23, 2010

"Ministro, ¿cuál es su atributo para seguir en el cargo?"

El ministro Manuel Melgar de ayer, intentando impregnar de carisma su llamado a la responsabilidad colectiva ante el problema perseguidor y destructivo de la violencia y la delincuencia, fue el mismo de los últimos 62 días, desde cuando anunció la Política Nacional de Seguridad Pública. Son cinco ejes, dijo el funcionario, y cada uno de nosotros tiene un espacio en la práctica de esta política.
Represión de la violencia primero, prevención social después. Control de las cárceles, programa de atención a las víctimas, reformas legales... Melgar siguió explicando su plan tal como lo ha hecho frente a periodistas, empresarios y diplomáticos. Pero ese viernes de abril, a las 11 de la mañana, quienes lo escuchaban eran los jóvenes de Espacio Centroamérica y Caribe 2010, en San Salvador.
Compartía mesa con el padre Pepe Morataya; con el director de la película “Sin Nombre”, Pablo Bruno; con el ex director de la Policía Mauricio Sandoval; y con el sociólogo mexicano Héctor Castillo, quien logró empatía con los asistentes cuando criticó: “Los políticos hablan de que la juventud es el futuro, sin entender que son el presente”. Hubo aplausos, hubo movimientos de aceptación con la cabeza.
Sandoval habló unos minutos antes. Se abocó a la filosofía gala para decir que la seguridad ciudadana es básica para garantizar otros derechos. Recordé aquella aula universitaria donde un elocuente Dagoberto Gutiérrez hablaba sobre la Revolución Francesa, en 1789, como la reivindicación de los derechos políticos frente al poder absoluto de los monarcas y que, en otras cosas, nos heredó la figura de la Policía.
Finalizada la exposición, Castillo respondió una pregunta del moderador. Luego Morataya se dirigió a Melgar, pero el funcionario pidió escuchar a los jóvenes. Y acaparó la intervención. Una joven de Guatemala le preguntó sobre las muertes extrajudiciales, un joven salvadoreño sobre las leyes pasivas y la falta de un “plan concreto” contra la delincuencia. El ministro respondió con el mismo libreto: “Tenemos un plan de cinco ejes que estamos tratando de dinamizar”.
La tercera pregunta llevaba fuego. “Ministro”, comenzó una estudiante de la Escuela de Jóvenes Talentos en Negocios de la Universidad Dr. José Matías Delgado, “¿cuáles son sus atributos o cualidades para que el presidente lo mantenga en el cargo a pesar...?”
—Uufffff – la onomatopeya de los asistentes interrumpió la pregunta.
—Resolver el problema de la violencia y la delincuencia no es un asunto de una persona. No quisiera hablar de mis atributos, pero las personas que están en el Gabinete son honradas, capaces. Es un cargo de confianza que está a disposición del presidente.
Quizás por las pésimas noticias sobre la seguridad en los últimos días (el asesinato de tres docentes el martes en San Pablo Tacachico, el crimen de la esposa del agregado de INTERPOL, en la embajada de México, ayer) las preguntas sobre la eficacia del plan de seguridad seguían cayendo como gotas insistentes sobre la roca.
—¿Cuál es el plan de su gobierno a largo plazo? –preguntó otro estudiante.
—Estamos trabajando sobre cinco ejes y los voy a repetir – respondió Melgar con firmeza.
—No –dijo una mayoría. —Ya lo sabemos –balbuceó un joven sobre una tarima.
¿Ministro, convenció a los jóvenes?, se le preguntó al finalizar el foro. “Eso hay que preguntárselo a ellos, expuse lo que estamos haciendo. En unos minutos tan rápidos que le dan a uno, difícilmente se puede hablar de todo.”
No habló de todo, pero -según los participantes- de lo poco que habló le faltó una dosis de realismo y otra media parte de mea culpa. “Hubiera sido bueno que aceptara que a la implementación (del plan) todavía le falta resultados”, dijo Estefany Merino, una estudiante de la Universidad Técnológica de El Salvador. “Él lo pone como que el problema se estuviera solucionando cuando los jóvenes vemos que no es así”, opinó Francisco García, de la Universidad Andrés Bello.

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